Sidney es una ciudad contemporánea, llena de vida, de movimiento, de jecutivos que van y vienen, restaurantes, tiendas… Sin duda, el puerto es uno de los mejores puntos para empezar a recorrerla. Desde allí, los ferrys conectan los barrios más alejados con el centro de la ciudad, por lo que en horas punta podemos verlo lleno de ejecutivos que van y vienen.

Sidney tiene una interesante oferta cultural, y merece la pena acercarse hasta el Museo de Arte Contemporáneo, en el que se puede disfrutar de las obras de alguno de los autores más transgresores. El barrio The Rocks, lleno de pubes y multiespacios, y un lugar realmente animado, está justo detrás.

La Ópera es todo un símbolo de la ciudad, lo siguiente que podemos visitar. Aunque su arquitectura deslumbra a los visitantes, son muchos los turistas que esperaban un edificio de mayor tamaño. La mejor hora para acercarse a la Ópera es el atardecer, ya que las terrazas de alrededor se llenan y el ambiente es muy animado.

Pero además, otro de los grandes atractivos de esta ciudad es pasear por sus playas. Manly es una de las más conocidas, situada junto a un barrio residencial en el que la conviviencia entre las familias más tradicionales y los hippies está a la orden del día. Para las personas a las que les gusta el surf, Bondi Beach es todo un paraíso. Además, tiene circuitos para skaters, al más puro estilo de las playas de California.

En uno de los extremos de la playa hay algunos cafés que merece la pena visitar. Datan de 1900 y sus terrazas están abiertas hasta la madrugada, también con un ambiente muy animado.

Algunos de los mejores locales que se pueden visitar en Sidney son Ravesi´s, en la playa de Bondi, donde se puede comer a cualquier hora, o The Victoria Room, un restaurante elegante ideal para los más bohemios.

Y si no te mareas, una recomendación: descubre Sidney desde las alturas, con los helicópteros de Helitours. Tienes más información en la página www.sidneyhelitours.com.au.

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