Una de las ciudades más coloridas y pintorescas de los Estados Unidos es Nueva Orleans, azotada hace algunos años por un indescente huracán, se ha sabido levantar rápidamente y hoy es nuevamente aquella hermosa urbe que brilla con luz propia y cuya principal credencial mundial es haber sido la cuna de crecimiento y formación del jazz, acaso uno de los géneros musicales más prolijos y a la vez versátiles. Nueva Orleans se encuentra ubicada en el estado de Louisiana y tiene un puerto en el caudaloso río Mississippi.

Esta ciudad fue fundada en el año 1718 por intereses franceses, pasando luego a manos españolas hasta la llegada de Napoleón quien la reclama nuevamente. Ciertamente el estilo afrancesado aún se puede respirar en Nueva Orleans, sobre todo en el barrio francés como es obvio, y su mayor esplendor lo alcanza bajo la batuta de la corona gala. En la actualidad esta zona más el Distrito Comercial son de las más visitadas por el turismo que es muy consistente en Nueva Orleans.

Las políticas de este estado fomentan el accionar del turista mediante el llamado Louisiana Tax Free que libera del impuesto a cualquier tipo de compras a todo turista extranjero, al cual le reembolsan el integro de lo pagado en impuestos cuando llega al aeropuerto. El hijo ilustre de Nueva Orleans es Louis Armstrong, mejor conocido como Satchmo, figura emblemática del jazz. El antiguo Congo Square se llama ahora Parque Louis Armstrong y es el primer lugar que debemos visitar en la ciudad.


Si queremos oir el jazz más tradicional de Nueva Orleans hay que dirigirse a Preservation Hall, una casona antigua que cruje a cada paso y donde el olor a madera vieja se complementa a la perfección con el espectáculo que allí se ofrece. Luego hay que dirigirnos al French Quarter o Barrio Francés donde veremos la cara más clásica de la ciudad, con cientos de comercios en donde podremos comprar recuerdos.

También veremos decenas de bares nocturnos y restaurantes con deliciosas comidas típicas como las pupusas, los cangrejillos de agua dulce, la jambalaya y el gunbo. Con el estómago lleno podemos dar un paseo por el Aquarium, por el Zoológico o disfrutar de un viaje en las embarcaciones que navegan el Mississippi.