Ljubljana es conocida como la ciudad del dragón, ya que según cuenta una leyenda, Jasón y los Argonautas llegaron remontando el río hasta la ciudad, donde mataron a un dragón. El animal se ha convertido en un símbolo de la ciudad, que es la capital de Eslovenia. Un destino realmente interesante, y no demasiado conocido.

Eslovenia ha sido uno de los últimos países en incorporarse a la UE. Un lugar realmente hermoso, en el que el 50 por ciento del territorio está arbolado, lo que lo convierte en el tercer país más verde de toda Europa. La posición de Ljubljana es privilegiada, ya que se encuentra entre el Mediterráneo y los Alpes Julianos.

La capital es una ciudad pequeña, que puede recorrerse en una escapada de fin de semana, lo que es más fácil ahora que hay vuelos desde Madrid y Barcelona. Una vez en la ciudad, la mejor manera de conocerla es pasear por sus calles, ya que el centro se recorre sin demasiada dificultad. Uno de los puntos más conocidos es el Puente Triple, de Joze Plecnik, alrededor del que se concentra la mayor parte de la vida social de la ciudad.

De este mismo autor es el Mercado Central. Desde allí, siguiendo por el río, se llega a la plaza Vodnik y al Puente del Dragón (recordemos, el símbolo de la ciudad), que data del año 1901. Las cuatro esquinas del puente están adornadas por cuatro dragones, y en torno a él hay una curiosa leyenda: se dice que cuando pasa por el puente una mujer virgen, uno de los dragones mueve la cola.

Ljubljana es una ciudad con una amplia oferta cultural: el Museo nacional, la Galería de Arte Moderno, el Parlamento, el Parque Tívoli… Todos ellos son lugares realmente interesantes y que merece la pena visitar. Sobretodo, el castillo que domina la ciudad, al que se puede llegar desde el funicular que se coge desde la Plaza del Ayuntamiento.

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