Con la brisa de las frescas aguas del Segura, que antaño regaban las extensas huertas de Murcia, el Casco Antiguo de la ciudad se recuesta sobre su viejo compañero para delicia de los murcianos y turistas. 

Principal punto de encuentro, este espacio se ha convertido en un enclave para la cultura, el ocio, la restauración y la historia. 

Siguiendo el aun visible trazado urbano de la época andalusí, se puede ver en este paseo desde hermosas plazas y jardines como las plazas de Belluga, de la Cruz y de Santo Domingo, o los espacios ajardinados como la popular La Glorieta, como se le conoce al Paseo del Arenal, que data del siglo XVIII, y es hoy uno de los sitios favoritos de paseo de locales y visitantes. 

En cuanto a  la arquitectura, encontraremos varios representantes significativos de este arte. Comenzando por la Catedral de Santa Maria; un verdadero conjunto de estilos. 

Adjuntos a la catedral se encuentran la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza, y el Palacio Episcopal. Mientras que en plena Glorieta se ubica la Casa Consistorial. 

Otra obra emblemática de la ciudad es el Casino, un lujoso edifico de 1847, que ha lucido lo mejor de la alta sociedad murciana entre elegantes salones ambientados en estilos tales como los de Pompeya y Roma, o los de la imponente Alambra. 

Si al contrario se busca salir de compras o descansar un rato, en alguna de las varias peatonales podrá sentirse a gusto, como en las de la Platería y la de Trapería, donde infaltablemente encontrará alguna taberna o café donde charlar un poco y observar el bullicioso movimiento murciano.